miércoles, 23 de mayo de 2012

Capítulo 3.

   Una tarde, en un lugar de Londres.


  Katina, que me notaba demasiado triste de lo habitual, me abrazó, se lenvantó y como creyó que era lo mejor, me dijo: 
-Su, no pienses que soy una mala amiga, pero prefiero dejarte sóla, que lo pienses, y cuando estes algo mejor, llamame y hablamos, pero si te digo una cosa; 'Escucha tu corazón, y haz lo que creas que está mejor'.
Tras esas palabras me volvió a abrazar y se fue. Yo me tiré en la cama y me puse a pensar. Estube dos horas encerrada en mi habitación. Quería estar sóla. Pensar. De repente me levanté de la cama sobresaltada. Me entraron ganas de ir a dar un paseo, para despejarme un poco, fui hacia mi gran armario y estuve un rato pensando que ponerme. Al final elegí una una camisa blanca con la bandera de EE.UU, con unos pantalones rojos cortos y mis converses rojos.
Cogí mi móvil, mis llaves y mi cartera y bajé a la cocina. 
 -¿¡Mamáá!?-Grité. No hubo contesta.-¿¡Aliciaa,papá!?- Nada, nadie me contestó.- Parece que no hay nadie, dejaré una nota diciendo que me he ido a dar una vuelta, que necesitaba pensar y que no volveré hasta las once.- Fue lo que hice. La dejé sobre la mesa de la cocina, cogí mis cascos y mi MP3 que estaban sobre la mesa y me fui. 
Nada más salir, se me lanzó un chico encima.
 -Pero ¿Qué haces gilipollas?Mira por donde vas ¡Dios!-Dije mientras me levantaba del suelo.
 -Perdón, lo siento, es que no domino mucho la tabla de skate, y pasa lo que pasa- Dijo mientras me ayudaba. Cuando por fin estaba en pie, me di cuenta que el chico no era feo, pero nada feo. No parecía de Londres.
 -Baah, ya da igual, te perdono. Soy Susana López Di Giacomo.-Dije mientras le daba la mano.
 -Encantado señorita López Di Giacomo. Mi nombre es Fabio Belli.- Me dijo.
 -¿Belli? Sabía que no eras de aquí. ¿De dónde eres?-Le dije con algo de curiosidad.
 -De Italia, pero no  te quejes que tu tampoco tienes mucha pinta de ser de aquí y menos por el apellido que tienes 'Di Giacomo'.- Me respondió.
 -Es que, ¡No soy de aquí! Soy de Madrid, España. Pero mi madre es Italiana, por eso ese apellido.
 -¿Italiana? Que coincidencia.-Dijo muy sorprendido por lo visto.
 -Sí italiana, pero aquí no voy a estar mucho tiempo más. Mis padres se separan y tengo que decidir, o me voy con mi padre a España o me voy con mi madre a Italia.
 -Bff, ¿sábes lo que tienes que hacer?
 -No, no lo sé. Iva a dar una vuelta y pensarlo.
 -¿Llevas mucho tiempo aquí?
 -Bueno, sí, no, más o menos. Llevo aquí un año, pero no he visto mucho el país.
 -Jajaja, bien, lo que me presentía. Te puedo enseñar un poco todo esto, si tu quieres. Así te llevo a un sitio en el que podrás saber que hacer. Ya lo verás.
 -Vale, pero no me lleves muy lejos eh.
 -Claro, confía en mí.
Me cogió la mano, cogió su tabla de skate y salimos corriendo de donde estabamos. 


   Una tarde de mayo, en un lugar de Barcelona.

 Franco miró hacia el cielo y estaba demasiado nubloso, estaba seguro de que llovería. Franco que sabía que su moto no estaba muy lejos fue caminando hacia ella, se subió en ella y se fue al bar más cercano que encontrase. 
Encontró un bar mas cerca de lo que pensaba, aparco la moto y entro en el local, pidió una cerveza y empezó a pensar en todos los momentos bonitos que habían vivido él y Susana, la chica que le volvía loco. Estaba inmensamente enamorado de ella. Mientras se bebía la copa, lo pensó mejor,  y decidió no hacer nada, dejarla ir. Encontrará a alguien mejor que él lo que le hará olvidarse de él. 
Franco pagó lo que debía por la copa de cerveza y se fue. No quería volver a su casa, así que se fue a un hotel. Quería pasar la noche él sólo, sin que le dijesen que hacer ni nada.

martes, 22 de mayo de 2012

Capítulo 2.


   Una mañana de mayo, en un lugar de Londres.


 Katina toca la puerta de mi habitación. La dejé pasar y se sentó en mi cama.
  -Su, no te voy a preguntar como estás, ya que sería una pregunta realmente estúpida en estos momentos, pero ¿no crees que lo deberías pensar? Digo, creo que tus padres tienen razón, para evitar que sus hijas sufran, creo que es lo mejor.
  -¡Pero Katina, tú no lo entiendes! Tus padres están bien, se llevan genial. Los míos cambiaron de un día para otro. Sería el mismo sufrimiento si me voy con mi madre como con mi padre. Tendría que dejar a mis amigos, el instituto,a mi no...!- Con la misma, me dí cuenta, de que no sé nada de Franco desde hace un par de días, cuando le he llamado yo, no me a podido coger, y cuando me ha llamado yo no lo he cogido. - ¡DIOS!, mi novio, Franco, le tengo que avisar! 


        Una mañana de mayo, en un museo de Barcelona.


 Una melodía suena. Suena el estribillo de "Déjate llevar-Danny Romero feat Aloy". Franco se da cuenta que no ha puesto el móvil en silencio y se da prisa para poder apagarlo, pero cuando cogió su Blackberry, vio que era Susana, no sabía si colgar y llamarla luego o salir y hablar con ella. La extraña mucho. Necesita sus abrazos, besos, sus consejos ... Se decide, le pide perdón a su padre y sale del museo. 
  -!Susana, preciosa!- Dice en cuanto pincha el botón de 'Llamar'. Parecía muy contento. Pero en cambio Susana no mucho.
  -Cariño, tenemos que hablar.-Franco se preocupo un poco al escuchar la voz de su novia. 
  -Claro,tengo muchas cosas que contar...
  -Pero lo que te tengo que decir es muy serio. 
  -Claro, dime, ¿que pasa?
  -Verás, no sé como te lo tomarás, pero sea como sea, lo entenderé. La cosa es así; Mis padres piensan separarse, y quieren que me decida con quien quedarme, pero si me quedo con mi padre, me tendré que ir a Madrid, y si me quedo con mi madre, me iré a Italia. Pero la cosa es que no sé si volveré a Londres, y tendré que dejar muchas cosas, mis amigos, mi instituto ... y lo que más me duele, a tí. 
Franco al escuchar estas palabras, sintió que se le caía el mundo ensima. 
  -¿Y que piensas hacer?
  -No lo sé.
  -¿Quieres que lo dejemos?
  -¡No!, no quiero. Pero creo que va a ser lo mejor. 
  -Bueno, si tu crees eso...
  -Tengo que colgar, ya te mandaré un sms para que estés al tanto de todo.
  -Muy bien. Gracias.
  -A tí por comprenderme- Susana estaba a punto de volver a llorar, pero se contenía. -Franco... te quiero.
  -Y yo Susana, y yo.


 Tras colgar, Franco se fue sin avisar, quería estar sólo. No podía creerse lo que pasó hacía apenas dos minutos. Franco estaba destruido. No sabía ni que hacer, ni que pensar, la amaba muchísimo como para que eso se acabase así.
Sabe que tiene que hacer algo y va a hacer algo.



sábado, 19 de mayo de 2012

Capítulo 1.



              Una mañana de mayo, en un lugar de Londres.


 Hola a todos, mi nombre es Susana, y tengo 17 años. Me gusta todo lo que tiene que ver con la música y el arte.
Era una chica estudiosa, con una media de sobresaliente, familia perfecta, con su chico ideal, hasta que un día llegué del instituto y me llevé una gran sorpresa. Mi gran pequeña hermana, Alicia, vino corriendo llorando hacia a mí, me preocupe bastante al verla llorar de esa manera.

  -Susana, tu padre y yo tenemos que decirte algo. Con la voz con la que pronunció esas palabras mi madre, me puso aún más nerviosa. -Sabes que tu padre y yo últimamente hemos tenido un par de discusiones y hemos tomado una decisión pensando en el bien tuyo y de tu hermana... 

Cuando iva a acabar la frase sonó el tiembre de la puerta. Era a la que llamo yo Mi Mejor Amiga; Katina. A Katina la conozco yo desde hace un par de años, hemos pasado muchos momentos juntas, nos hemos ido de vacaciones juntas, ido a esquiar, etc. Llegó en el momento oportuno. Estaba segura que mis padres me ivan a dar una mala noticia, y era justo la persona que necesitaba en esos momentos ya que mi novio, Franco, se ha ido por un mes de vacaciones a Barcelona. 

  -Katinaa! Gracias por venir, mi madre me va a decir algo y creo que no me va a gustar mucho. Le dije en bajo, para que mi madre no lo escuchase.
  -Hay dios, y que te querrá decir? Me dijo muy sorprendida.
  - No lo sé. Le contesté -Pero vamos que está esperando en la cocina.

Yo y Katina nos dirigimos hacia la cocina donde se encontraban mis padres y mi hermana pequeña. Katina les saludó y las dos nos sentamos en la silla. 

  -Bueno hija. Continuó mi madre. -Como te iba diciendo, estos últimos meses habrás notado que discutimos mucho y lo que hemos decidido ha sido separarnos, no queremos que nuestras hijas sufran por nuestra culpa. Tu padre y yo lo hemos estado hablando y preferimos que tú y tu hermana decidáis con quien quedarse, tu padre va a regresar a Madrid con su familia, y yo me voy a Italia con la mía. Decidáis lo que decidáis lo comprenderemos como personas adultas que somos.

Yo me quedé inmóvil, sin saber que decir ni que pensar, pasaron dos minutos y nadie decía nada. De repente salí corriendo del lugar de donde estaba y subí a mi habitación y cerré de un portazo, me tiré en mi cama y me puse a llorar.

              En ese mismo momento, en lugar de Londres.

  -Voy a ver como ....- Katina que sabía lo que iva a decir, se levantó y se puso delante de ella.
  -Mejor voy yo, Sra. López usted tranquila que voy a ver lo que puedo hacer.- Y salió de la cocina de camino a mi habitación.
Papá que estaba observando la situación, salió al patio y encendió un cigarro. 
  -Te dije que no se lo deberíamos a ver dicho, nos deberíamos haber divorciado sin que se enterasen, yo me iva a Madrid por "asuntos de trabajo" y tú te quedabas con tus hijas.
  -Claaaro, ¡¿Con MIS hijas?!, ¡te recuerdo querido, que no sólo son mías, que son tuyas también! Mira, no quiero seguir discutiendo, lo echo, echo está, no podemos hacer que el tiempo vuelva atrás.